Me apetece leerte, poco a
poco,
saboreando cada una de tus
líneas,
abrir tu intimidad, iniciando
el prólogo,
redactado en tus ojos,
recogido a trozos de esa vida
que viviste sin mí, y
desconozco.
Me apetece abrir el primer
capítulo
recorrer la línea de tus
cejas,
acariciar tus párpados,
besar con mis iris los tuyos,
mientras mis manos
asumen extasiadas,
la redondez de tus hombros.
Buscar el inicio de la trama
en tu boca,
ir adentrándome en la
historia por tu cuello,
bajar en busca del personaje,
parándome en el rellano de
tus senos.
Meditar en las fuentes de tus
pezones
quién o qué será el culpable
de que siga sin saber por
dónde irá
el nudo de tu historia.
Continúo intrigada, camino de
tu vientre,
sin decidir qué ingle he de
tomar,
si derecha o izquierda,
para descubrir el nudo
de esta trama, que me excita.
Y busco en tu interior,
ahondo en el personaje,
haciéndole preguntas pegada a
su piel,
casi susurrando el placer de
saber,
que de un momento a otro,
no resistirá mi ataque.
Endureceré mi interrogatorio,
hasta llegar al fondo del
asunto,
no pararé hasta tener la
certeza,
sin prisa pero sin pausa,
acompasadamente,
de que te dará el mismo
placer que a mí,
la lectura de...este mutuo y
feliz desenlace.
Mabel Escribano ©
Bellisimo
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