Esta noche…
a falta de espacios propios
ven a vivir a mis sueños,
dentro de un mundo onírico
donde nadie pueda vernos
de contornos imprecisos
e interminables senderos
en donde nadie transita
ni se llega a lado alguno
que no sea aquí, a mi lado,
(y heme, aquí al lado tuyo)
como luz amortiguada
aguardando este momento.
Ven... apágame ahora,
rompe mi cuerpo de niebla
al contacto de tus dedos,
que no quiero más alumbre
que este brillo del deseo
reflejado en nuestros ojos,
exhalado en nuestro aliento.
Ven... tómame ahora,
como no lo hiciste nunca
en el otro mundo "cierto"
por causa de los "decires",
de las culpas y los miedos,
y cómeme el corazón
para amarte desde adentro.
Ven... revíveme ahora,
sóplame tu amor de nuevo
quiero ser tu creación,
tú, mi dios y mi asesino.
Haz del vivir la pasión,
haz del morir el destino
cuando se despierte el sol.
Ven... descansa ahora,
envuélvete entre mis brazos
encadenando las horas,
respiremos,
noche a noche,
demos la espalda a la aurora
e ignoremos al dios tiempo
pues la vida... es una sola.
Amanda Espejo, de su libro: No hay más que ÉSTO
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