Cuando calzo en rouge, el deterioro retrocede hasta el
comienzo de las ganas, y ya no existe evidencia que entorpezca la urgencia de
mis piernas.
Lozanas, prietas, mis pantorrillas brincan en dos el
sendero culebrón, serpiente ondulante y llevante hasta el dominio de tu nombre.
Por el callejón El Campanario un coro de hojas secas
cruje y se queja bajo mis pasos de fuego.¿Será gemido o canción?
¿Y...es que no son la misma cosa?
Me excita al máximo su requiebro de
sometimiento...pienso... en la delicadeza con que he de caminar sobre tu
columna. Pienso...en la promesa oculta
en cada una de tus vértebras y en el poder de mi andar sobre tu cuerpo, así, en rouge, podré pisarte de punta a
extremo, asolarte desde el alma hasta la punta de los dedos, hundirme en tus
costillas hasta el pensamiento mismo, zapatearte las nalgas, doblegarte el sexo
con la suela y el tacón y, estoy segura de que nada, NADA va a impedir el goce de ambos hasta el
momento extremo del descalce, cuando, extasiados y extenuados de tanto goce
doloroso, dejemos a la vera del colchón (amorosamente alineados) , este par
endemoniado de zapatos en rouge.
Amanda
Espejo
Quilicura
/ Abril /2010
http://trazosdispersos.blogspot.com/
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Gracias por la publicación! Estoy asombrada de la cantidad de trabajo que se expone en este sitio. Un trabajo duro, y generoso como pocos.
ResponderEliminarAbrazos desde Chile.