Hágase en mí
uno solo de tus dedos
y el deseo
inundará mis fronteras.
ARRULLO
Cuando me entregas
todos los desgarros de tu lengua
y la mía silencias,
nada he de preguntarte entonces,
me abandono ebria su oficio sanador.
Y luego... ya no es mi boca mía,
cuando excitada por la fiebre de tu lujuria
es sólo hambre convexa y arrullo.
Teresa Torres
@TeresaT0rres
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