Inauguramos sección entrevistando a jp rodríguez murillo, escritor y fundador de ediciones entricíclopes.
1º¿Cuándo y por qué nació ediciones entricíclopes?
Me van a publicar un libro de
relatos, me dijo. Y claro, yo le pregunté por los detalles. Sin saber que esa
pregunta cambiaría mi vida y me llevaría directamente a lugar donde estoy
ahora. La maldita cláusula quinta de su contrato de edición, lo decía
claramente: "El EDITOR abonará al AUTOR el ocho (8%) POR CIENTO del precio
de venta al público sin IVA de todos los ejemplares vendidos en cualquier modalidad
de edición en todo el mundo".
Veamos, le dije, lo mismo es que
yo no lo he entendido bien, tú como escritor tienes una idea, la maduras, haces
esquemas, guiones, escribes un primer borrador, lo corriges, lo reescribes,
vuelves a corregirlo, tras cada corrección una reescritura, una vez más y otra
y otra hasta que consigues un texto con el que estás satisfecho, ni mucho menos
el definitivo, pues después vendrán más correcciones y reescrituras. ¿Y por
todas esas horas de trabajo, todas esas noches de insomnio vas a recibir un
ridículo 8% de cada libro vendido? Sí, me respondió, lo has entendido bien. ¿Y
el 92% restante, qué pasa? No tardamos mucho en descubrir que ese porcentaje se
lo repartían entre unos pocos a los que nada o casi nada les importaba aquel libro
o lo que hubiera escrito en sus páginas.
¿Cambiar esto es posible?, no
tengo ni idea, pero con esa intención, aquella tarde de octubre, aquel lluvioso
lunes, nació ediciones entricíclopes, editorial independiente que intenta
establecer con los escritores, por respeto a su trabajo, una relación de
justicia y de equilibrio. Creo que las posibilidades de perder esta partida son
muy elevadas, que estoy rodeado de gigantes que no quieren ver y que yo me
muevo inerme y sin demasiada estabilidad, como un niño en un triciclo.
2ºAl escucharte pienso en la canción La Belleza de Aute. Te enfrentas a gigantes que son «como reptiles, al acecho de la presa,negociando en cada mesa, maquillajes de ocasión; siguen todos los raíles, que conduzcan a la cumbre, locos por que nos deslumbre su parásita ambición. Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que náusea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza...» ¿En qué te diferencias como editor de ellos?
Bueno, si te soy sincero apenas tengo contacto con otros editores, no sé
qué pensaban al crear su editorial o qué piensan ahora. Si dejamos hipocresías,
frivolidades y literatura al margen, debo decir que el dinero importa. Que una
editorial es un negocio y que uno de sus objetivos primordiales es ganar dinero. Debemos pagar impuestos
(excesivos), facturas, otros proyectos editoriales, en fin. Debemos ganar
dinero, pero ése no debería ser el objetivo primordial. Y por supuesto la
literatura nunca puede quedarse al margen. La literatura y su autor no pueden
ser secundarios, el arte no puede ser secundario. Por eso en ediciones
entricíclopes manejamos otros porcentajes. Sin autores no habría libros. El
autor crea la obra, la cultura. El resto son simples instrumentos, canales,
accesorios. No es lógico que el instrumento sea más valorado que la persona que
lo maneja. El autor sufre, no duerme, se pelea con las palabras, ¿por qué es el
que se lleva el porcentaje menor del precio de un libro?
Pero no me hagas mucho caso. Yo qué coño sé, si sólo soy un niño en un
triciclo.
3ºDices en la web de tu editorial «Somos buscadores de
belleza, de lo nunca dicho, de lo nunca leído. Buscadores de aquello que nos
hace volar hasta no reconocernos». Sin duda eres el idealista de esta canción
de Aute, el que reivindica el espejismo de intentar ser uno mismo, buscando la
Belleza en cada cosa. ¿Cuál es el criterio que sigues para considerar que un
libro ser publicado en tu editorial?
El instinto. Los
textos llegan y se leen. Si esos textos son capaces de activar un mecanismo, de
mover los engranajes, de despertar algo dormido, se publican.
4ºNo sólo buscáis libros especiales, los hacéis
especiales. Las ediciones son muy cuidadas.
¿Qué juguetes tenemos?, textos, pies de página, índices, tipografías, tipos de papel, formatos, etc. ¿Y qué hacemos con ellos?, jugar, divertirnos e intentar crear algo, no ya nuevo (todo está inventado, dicen por ahí) pero sí algo que nos haga sentir bien, cómodos. Un libro que poder levantar y decir: ¿lo veis?, lo hemos hecho nosotros, los de ediciones entricíclopes. Nos divertimos, nos equivocamos y aprendemos. Nada más.
Jamás olvidaré la cara, el gesto de aquel
hombre, ese agente de aduana enjuto y de piel profundamente oscura al que
entregué mi pasaporte y el papelito que hay que rellenar para entrar en India. Your adress in India?, me preguntó y los
pelos de su bigote danzaron al ritmo de sus palabras. Your adress in India? Le expliqué como pude que no, que no sabía si
me quedaría en Delhi, o me iría en tren ese mismo día. Your adress in India?, volvió a preguntar el enjuto agente. Me
encogí de hombros, no entiendo nada, si por aquí deben pasar mochileros
constantemente, pensaba mientras aquel hombre me observaba con sus ojos negros
y brillantes. Entonces, como esos padres que no entienden el comportamiento de
sus hijos, cogió un boli y rellenó ese apartado que yo dejé sin rellenar.
Pushkar escribió. Coincidía que la semana siguiente se iba a celebrar en
Pushkar la Feria del Camello. Imagino que aquel hombre vio algo en mí, tal vez
pensó que yo era un veterinario o un comerciante de animales, o que en una vida
anterior (desde el punto de vista hindú) yo fui domador de camellos o quizá,
tal vez y casi seguro, un dromedario.
Después de aquello tomamos el
Delhi Airport Metro Express y nos llevó a Main
Bazaar. Al salir del metro nos recibió una amalgama de olores y sonidos, y
un cartel que decía New Delhi No Entry, por supuesto, no se refería a nosotros,
se refería a los taxistas y conductores de tuk-tuk,
pero claro. ¿Cuántos estímulos puede ignorar un poeta, cuántos versos lanzados
así, a la cara, puede esquivar un poeta? Ese día y todos los días que le
siguieron fueron así: nuevos. La búsqueda constante de uno mismo. Pero no os
voy a aburrir con anécdotas y vivencias. Lo extraño de todo ésto no es que haya
escrito un poemario, lo extraño es que solo sean 28 poemas, bueno.
pero mañana
quién sabe
Ediciones entricíclopes http://www.entriciclopes.com/
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