Y todo es igual,
aunque distinto,
cerrar los ojos y buscar
aquellos otros.
Sentir el fuego,
ser de hierro y fundirse
tocar la piel y temblar,
cerrar la vida ajena
para vivir las nuestras,
plural hermoso,ignorando el
resto.
Desnudar el cuerpo,
con miedo a descubrir el
alma,
la palabra enloquecida,
brotando a borbotones,
en otra boca,
en otra lengua,
en otro vivir que nos vive,
siendo por un instante un
"todo",
aunque pasado el instante,
no seamos nada.
Mabel Escribano ©
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