Ya conoces
todos los rincones de la
casa;
la habitas palpitante
excitando las paredes;
jadeas de dolor,
de amor y de sorpresas.
Tú sabes que hemos puesto
los muebles en mudanza,
las lámparas de hastío,
el alfiler de gancho
donde prendimos los recuerdos
originales;
las riendas más húmedas del
disfraz,
las hojas amarillas
de los primeros días.
Y aún caminas conmigo
en el desvelo abierto de mis
dudas
bajo el mismo aguacero en las
noches difíciles.
Avizoras furioso
los espejos pretéritos
donde tú y yo exhalamos
la imagen milagrosa de
aquellos comediantes
bailando en plenitud.
Corazón,
tú ya entiendes los
resquicios absolutos
de mis límites.
Ignora este delirio
de puertas y de oasis.
Hay frío afuera.
©Teresa Palazzo Conti
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