Quisiera ser como la tierra,
sobre la cual te eriges
imponente y soberbio
tú volcán impredecible,
de pronto manso y reposado
invitando a pasar por tus
caminos y disfrutar
de tu esplendorosa
vegetación,
y de la fuerza de tus ríos,
perderme dentro de tus
entrañas,
descubriendo tus maravillosas
geodas,
las cuales sólo podré
admirar,
una vez que haya logrado
romper
esas enormes rocas tan
sobrias e inexpresivas,
no será fácil!!!,
sabes defenderlas muy bien,
y al sentirte vulnerado,
comenzará a gestarse
desde tus adentros ese fuego
devastador
que hará que llegues a mi fertilidad,
escucho ese rugir y me
asusta,
pero ya no puedo detenerte
percibo el venir de tus
explosiones
y quedo inerte esperando,
recibir tu lava ardiente,
derramándose sobre mí,
arrasando con todo lo que
encuentras a tu paso,
perdiéndome el respeto por completo,
cubriendo todo mi valle.
Sí…..me quemarás….sí…me
cubrirás…,
para posteriormente darme la
enorme dicha
de florecer nuevamente,
gracias a tus nutrientes
vertidos en mí.
Porque soy tu Tierra y me
necesitas
para volver nuevamente a
mostrar
tu majestuosidad, dando vida
y belleza
a este inmenso valle que te
añora.
Autor: María Teresa Marú Mejía/Tere Marú ©
Fecha: 8 de Abril de 2003
Derechos de Autor Protegidos
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