Esa tarde Alfonso se preparó de manera especial. Se bañó y se puso sus mejores galas.
Ya en la noche, sentado a la mesa, comió el pavo relleno que había cocinado su esposa, acompañado por las deliciosas guarniciones y una cervecita bien fría. Luego, tal cual la tradición, bebió la sidra, con pan dulce y frutas secas.
Comenzó a sentirse extraño; el habla del resto de los comensales le llegaba como un murmullo. Entonces, se desplomó.
El resto es muy raro: un gordo barbudo de Laponia, ataviado con ropas de abrigo rojas, lo llevaba en un trineo hacia las estrellas.
Autor: Luciano Doti
@Luciano_Doti
Blog personal: Letras de Luciano
Me encantó Luciano, original y dulce sueños para él
ResponderEliminarY todo acabó la noche de Navidad....o quizá fue una mala digestión.
ResponderEliminarUn beso