domingo, 17 de mayo de 2015

Epílogo de mi placer

Más allá de mis oquedades,
de mis resquicios corporales,
un poco más al sur,
justo al extremo
de todos mis secretos,
está tu culpabilidad.
Lengua que lame y escudriña
que horada hasta el deleite
inconcebible,
sin darme tregua a nada.
Sutil y tentadora,
abrasa como fuego
todo cuanto proclama,
y se yergue enhiesta
a punto de atacar
cual serpiente cascabel
para ser dulcemente
devorada en mis entrañas.
Vigilante acecho la intención
apenas esbozada en un rictus
de tu boca sensual
mientras mi seno,
cuya punta termina
en un rosáceo botón
estremecido,
espera gimiente
y tembloroso por ti,
en este interminable
epílogo de mi placer.



Mercedes Eleine González

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