sábado, 9 de mayo de 2015

El cuarto oscuro



Perpetuarte
en el instante del abrazo
el letargo de las puertas cerrándose
Oler
como caen mis manos cual hojas
gracias a  las estaciones que te persiguen.

No hay felicidad más absoluta
mayor signo de lo trágico
temor al futuro
llagas que no querrán sanar
la memoria se aniquila en este pasado
que sufrimos para no variar el ritmo.

Altera
tu boca mordiendo la mía
tus dientes cortándose de raíz
para darse
A mí, a mi saliva
A mi temor a los taxis vacíos
A mi odio a la ciudad más triste del mundo
donde naciste
donde nacimos
para vernos y lanzarnos al otro.

Entran las olas en un mar desconocido
el film no podrá humedecerse
si no llegas
si el cuarto oscuro nos separa
si la luz se pierde
en el espacio que rechazaste
para inhalar
mi exhalación.

Como me ves, yo te veo.



Leira Araújo

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