Si algún día me pasase algo,
¿llorarías por mi?,
la conversación empezó así.
Claro mi amor, respondí.
A los dos días se suicidó,
yo lloraba su muerte,
hasta que descubrí
lo que realmente sucedió.
Fingió morir para ver si cumplí.
Con aquella prueba vi,
que no quería estar con una persona
con la que tuviera que pasar examenes
cada dos por tres.
La dejé.
ella ni siquiera asintió,
simplemente se fue.
A los dos días se suicidó,
esta vez de verdad,
tirándose de un puente,
como quien no tiene dignidad.
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